¡ Vacío !
Todo pensamiento es subjetivo. Se halla sometido a la propia realidad de la observación. Esta posición que ocupa la conciencia ante el universo que se le presenta, sus límites, incertidumbres e imaginaciones hacen de la existencia un acto íntimo. La adquisición por parte del hombre de una conciencia más refinada que el resto de la naturaleza lo ubica en la comprensión de hallarse individualmente en las puertas de la tragedia. Nuestra identidad tiene el sello del propio hecho reflexivo. El libre albedrío de poder alejarse del instinto establece una relación asimétrica ante el genio del universo. Somos seres con un nivel de discernimiento que nos hace indagar por el sentido del acontecer humano y por el ansia del progreso real. Por la validez del destino y el desprecio del presente. No habiendo hallado respuestas verosímiles nacidas de su lógica limitación, el hombre se lanzó a las explicaciones metafísicas. ¿Por qué se abraza a la hipocresía en vez de medir la soledad con la exacta dimensión de la razón? La vida tiene el fin que establece la aporía. Ante esta circunstancia de la existencia, el impulso del pensamiento y el de la escritura en mí se fueron consumiendo en el mismo acto. No revoloteó hacia otros horizontes fuera de la intimidad, fiel al sin-sentido existencial que exhalo cuando contemplo la historia acumulada del hombre. Ante esta posición nacida de la sensibilidad espiritual, mucho más allá de la duda y el escepticismo, y con la debida finitud de la conciencia, me aferré a ser un habitante del eterno presente. Ese tiempo en el cual ya no es posible imaginar y en donde suelen acumularse los recuerdos. De esta indagación nace Ocaso de la utopía, lejos de la estratagema de los mundos paralelos -real e imaginario- a los que acude el hombre para hallarle explicación a su estadía terrenal y refugiarse de las inclemencias mundanas. Ocaso de la utopía puede considerarse una prolongación de El pensamiento crucificado (Buenos Aires, 2004) en la orientación de hallar a un hombre desprovisto de tabúes y engaños, pero pleno de razón y afecto.
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| Indice | Prólogo, Pedro Ramón Cossio 9 Análisis. "Tocar a un hombre", Roberto Díaz 13 Estos hombres sin pueblo 21 Protágoras de Abdera 33 La lucidez del escepticismo 47 Testamento de la tristeza 61 París otoñal 73 Carta para el destino 79 Humanicida 91 Aporías sacras 123 Antimemorias 137 Informe sobre la eternidad 151 Ocaso de la utopía 173 Elegía 197 |
